sábado, 19 de mayo de 2012

Aventuras jurásicas



Llevo más de 8 meses viviendo en la Península y aparte de ir a Madrid, sólo me han llevado de excursión a Teruel (que también existe, oigan). Como ven, nuestra capacidad para planificar salidas es prácticamente nula, y hay que ir viendo disponibilidades con semanas de antelación. Si es que...¡estos peninsulares no aprecian lo que es poder irse de "road trip" y acabar en cualquier lado de Europa! ( sin tener que coger un avión, hacer colas, facturar, tragarte el aire acondicionado del avión, el rasca y gana....).
Total, que todo comenzó porque una compañera trabaja en Dinópolis, que es un parque temático sobre dinosaurios, la evolución del hombre y esas cosas, y nos dio entradas gratis. Así que para allá que nos fuimos.
Teruel está a una hora y media de Valencia (lo cual para cualquier canario estándar es MORDOR SUPERIOR, para ellos es "aquí al lado") y ahí que estaba yo, mirando el paisaje, el verdor de Teruel, las horribles esculturas sin sentido que ponen en las autopistas de España (algunas eran pero jodidamente feas), los "pubs" de dudosa procedencia en medio de la carretera, y en un santiamén llegamos al parque.
Cuando llegamos nos invadió la música de Jurassic Park, el agua, los peluches horribles de dinosaurios que no conocíamos ni de vista, y empezamos a mirar el mapa.
Primero vimos una atracción sobre el origen del homo sapiens, luego nos metimos en una "máquina del tiempo" que nos hizo trasladarnos al mundo de los dinosaurios, mamuts, y demás bichos de la era. Todo muy didáctico.

Después fuimos a comer. Estuvimos una hora esperando en una fila eterna, llena de niños dando la brasa, para acabar comiendo una hamburguesa con papas. Eso sí, me supo a gloria.

Cuando terminamos de comer, fuimos a una atracción para niños. Bueno, era como una especie de "excavación" en la que tenías que buscar fósiles y subirte a puentes y trepar por cosas y dejarte el cuerpo lleno de morados. Muy guay, quizás lo mejor de Dinópolis, y eso que llegué a pensar que se me romperían los vaqueros de tanto estirar las piernas o que me quedaría atascada en algún momento en algún tobogán (porque aquello estaba pensando para niños, y no para adultos haciendo el gili).

Todo iba bien hasta que pasó lo impensable. Mientras mis compañeros hacían el tonto buscando fósiles en una super caja de arena (a mi gata le hubiera encantado), uno de ellos metió un pie en un hoyo y se torció el tobillo a lo bestia. La cosa era peor, porque hacía un par de semanas que se había recuperado de otro esguince. Así que el chaval no podía ni moverse.

Estas caídas tontas son de lo más cabronas.

Así que, ahí estábamos nosotros, con aquel hombre dolorido, buscando una bolsa de hielo y llamando al "jefe" para que nos trajera una silla de ruedas para llevarlo por el parque, pero según la política del lugar, sólo se puede usar la silla para transportar a la persona herida al coche y llevarla al centro de salud....

Finalmente, y viendo las carencias evidentes del parque (ni médico, ni ATS, ni nada), mi compañera farmacéutica y yo (que soy veterinaria xD) acabamos acompañando a mi amigo a la enfermería.
Cogimos algunas cosas del armario: vendas, pomada, espadadrapo, y empezamos a vendar a este hombre, con profesionalidad, ante todo. Los jefes del parque nos miraban con admiración. Criaturas.



Finalmente, mi amigo decidió ir al centro de salud en Teruel, para que le hicieran una radiografía. ¿El problema? El que conducía era él. El coche era suyo. Así que, como a mí nadie me deja tocar un coche porque soy L (psss....), acabó conduciendo mi compañera italiana, más tensa que Eduardo Manostijeras poniéndose una lentilla, y a la que se le caló el coche como 4 veces antes de llegar a la primera rotonda (ya se sabe que uno tarda un tiempo en hacerse a un coche, y ella es bajita y no le llegaban los pies al embrague, porque no sabía ajustar el asiento)

Encima llovía. Y el centro de salud no tenía para hacer rayos X. Y la italiana no sabía como poner el limpiaparabrisas, ni las luces.

Finalmente llegamos Valencia. Vivos y sin ningún rasguño, salvo mi compañero, claro.

Dinosaurios, pocos, pero ¡madre, qué viajecito!


3 comentarios:

  1. ¿Y las risas que os pegasteis? Eso también cuenta, ¿no?

    Un beso.

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  2. Que nivel! Haciendo un vendaje de emergencia. Lógico que en Dinopolis lo flipen.
    En Marbella también hay dinosaurios, sólo que estos juegan al golf y beben cerveza XD

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  3. Por favor qué horror... Y lo primero que estaba pensando al leer el post era "aaay me encantan los dinosaurios" xD. ¿El chico qué tal está? Si yo NUNCA JAMÁS volvería a coger el coche en tu isla, imagínate en la Península, me dan los choques, nunca mejor dicho.

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